África nos hace contemplar el mundo de otra manera y configura a su estilo nuestras actividades y prioridades a poco que nos introduzcamos en sus caminos, bosques o sabanas. Es luz y creo que nadie que ha puesto sus pies en ella, haya contemplado sus noches estrelladas y saboreado sus salsas picantes no se haya sentido transformado por su encanto. Tiene duende y una sandunga especial.
Y necesita luz, como todo ser vivo, de reconocimiento, aprecio y amistad sin dobleces. Ha sido tan explotada, tan manipulada que un poco de proximidad y afecto no le vendría nada mal.
Nuestra fundación “Afrika Annuura” pretende todo esto. Ni más ni menos. Es un proyecto de amistad, sobre todo, de ayuda y solidaridad, desde luego, pero con la voluntad de aprender también de ella y mantener esa reciprocidad que nos ayude a crecer mutuamente en sabiduría y afecto.
Mañana la luz. (Un primer proyecto)
Así se titula una poesía que me recitaba una niña invidente, Hamida, de unos doce
años, en Gaya. Expresa su deseo de servir a su país, maravilloso país, que no puede
ver con sus ojos, pero sí con el corazón. Y esa luz interior vendrá de la escuela, dice
ella, del estudio con sus hermanas y compañeras, de su relación con ellas y con la
sociedad de la que se siente y quiere ser un miembro activo.
Es el sueño de una niña, de una adolescente invidente que representa a centenares
de ellos, a millares a lo largo del río Niger y que hoy no puede realizarse porque viven
confinados en sus casas, porque sus familias se avergüenzan de ellos y no se atreven
a sacarlos a la luz del día para que convivan, hablen, jueguen, rían con sus
compañeros.
Ese sueño queremos que se haga realidad. De ello hemos hecho nuestro desafío. Es
nuestro objetivo: crear un centro de acogida y formación inclusiva para niños
invidentes y minusválidos en la ciudad de Gaya en Níger. Nos parece prioritario. Hoy
no hay nada previsto para ellos ni en la ciudad ni en todo el país.
Queremos que mañana sea la luz para todos estos niños y que se abran espacios
donde no sean invisibles, puedan sentirse útiles, creadores, formar parte de una
familia, de un pueblo que se sienta orgulloso de ellos.